Moscú, 27 nov (PL) Rusia consideró hoy la ley marcial en Ucrania como un asunto interno de ese país, aunque advirtió sobre las negativas consecuencias que podría traer para la región del Donbass una decisión con un pronunciado tinte electoral.
En medio de un proceso electoral en la vecina nación, un paso como el de la imposición del estado de sitio posee un claro matiz electoral, comentó el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Tal medida puede llevar a una escalada del conflicto en las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk, estimó el portavoz, en referencia a una confrontación con saldo de más de 10 mil muertos, según datos de la ONU.
El presidente Vladimir Putin, adelantó, se pronunciará en breve sobre lo ocurrido el pasado domingo en aguas territoriales rusas en el mar Negro y no en el mar de Azov, como se afirma en Occidente.
Medios de prensa comentan que la diferencia entre las dos cuencas es sustancial, pues en el caso del mar de Azov, Rusia y Ucrania poseen allí aguas internas comunes, mientras en el mar Negro, se trata de una abierta violación por Kiev de las aguas territoriales de esta nación.
Peskov afirmó que el mandatario ruso considera necesario pronunciarse sobre un hecho, cuyas consecuencias son trascendentales.
El pasado domingo, las lanchas rápidas artilladas Berdiansk y Nikopol, así como el remolcador Yani Kapu, tras ser advertidos por guardacostas rusos sobre la necesidad de tramitar una solicitud para ingresar a la frontera rusa, violaron ese límite y realizaron maniobras peligrosas.
Los buques de la Armada ucraniana desenfundaron y alistaron sus armamentos. Después de violar durante más de ocho horas las aguas territoriales rusas y acercarse al puente de Crimea, en el estrecho de Kerch, la seguridad rusa puso fin por la fuerza a la provocación.
Ahora, los 24 marineros a bordo de las pequeñas embarcaciones ucranianas, tres de ellos heridos, son interrogados y serán procesados por transgresión ilegal de la frontera estatal rusa.
Otros dos buques intentaron apoyar a las tres naves mencionadas, al partir de su base en el mar de Azov, aunque luego regresaron. En el incidente, la Fuerza Naval ucraniana perdió tres de sus 40 buques.
Occidente pretendió ayer presentar el incidente en el Consejo de Seguridad de la ONU como una provocación de Rusia, algo considerado aquí como insólito, aunque la Cancillería tampoco lo ve como algo inesperado, en medio del ambiente de rusofobia imperante en Estados Unidos y Europa.
Tal medida puede llevar a una escalada del conflicto en las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk, estimó el portavoz, en referencia a una confrontación con saldo de más de 10 mil muertos, según datos de la ONU.
El presidente Vladimir Putin, adelantó, se pronunciará en breve sobre lo ocurrido el pasado domingo en aguas territoriales rusas en el mar Negro y no en el mar de Azov, como se afirma en Occidente.
Medios de prensa comentan que la diferencia entre las dos cuencas es sustancial, pues en el caso del mar de Azov, Rusia y Ucrania poseen allí aguas internas comunes, mientras en el mar Negro, se trata de una abierta violación por Kiev de las aguas territoriales de esta nación.
Peskov afirmó que el mandatario ruso considera necesario pronunciarse sobre un hecho, cuyas consecuencias son trascendentales.
El pasado domingo, las lanchas rápidas artilladas Berdiansk y Nikopol, así como el remolcador Yani Kapu, tras ser advertidos por guardacostas rusos sobre la necesidad de tramitar una solicitud para ingresar a la frontera rusa, violaron ese límite y realizaron maniobras peligrosas.
Los buques de la Armada ucraniana desenfundaron y alistaron sus armamentos. Después de violar durante más de ocho horas las aguas territoriales rusas y acercarse al puente de Crimea, en el estrecho de Kerch, la seguridad rusa puso fin por la fuerza a la provocación.
Ahora, los 24 marineros a bordo de las pequeñas embarcaciones ucranianas, tres de ellos heridos, son interrogados y serán procesados por transgresión ilegal de la frontera estatal rusa.
Otros dos buques intentaron apoyar a las tres naves mencionadas, al partir de su base en el mar de Azov, aunque luego regresaron. En el incidente, la Fuerza Naval ucraniana perdió tres de sus 40 buques.
Occidente pretendió ayer presentar el incidente en el Consejo de Seguridad de la ONU como una provocación de Rusia, algo considerado aquí como insólito, aunque la Cancillería tampoco lo ve como algo inesperado, en medio del ambiente de rusofobia imperante en Estados Unidos y Europa.
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